Un año de alcalde en el peor momento

Este martes se cumplió un año desde que Marco Aurelio Pérez fuera proclamado alcalde electo por mayoría absoluta. Han llovido 12 meses y balance hay para todos los gustos. Lo que es evidente es que, es el peor momento para estar al frente de una administración pública y en la local la situación de agudiza. La poca confianza en la clase política, la situación que atraviesan miles de familias derivadas del desempleo, la presión mediática y demás desencuentros suman una especie de aplastamiento que pocos cargos públicos aguantarán. El tiempo de gracia de la oposición, medios de comunicación y otros colectivos, entre ellos los sindicatos, terminó hace tiempo y la poca colaboración será cada vez más visible a tenor de los intereses que defiende cada parte por separado. Un ejemplo es el evidente rechazo a las acciones que afecten a la continuidad de los trabajadores municipales, a los servicios públicos, las subvenciones y hasta el festival del folclore de las fiestas de San Fernando, cuyo presupuesto se ha reducido a tan sólo 2.000 euros como sabrán. Quizás sea el momento de reconocer la realidad y no utilizarla en clave política contraria al gobierno y evitar protagonizar un pelea pueblerina por temas que no lo merecen. Si en algo estamos seguros es que esta ha sido la peor legislatura para ser alcalde y presidente.