Un año más llega la Navidad y, una vez más, desde el año 1983 los vecinos y vecinas de Veneguera se reúnen para escenenificar el nacimiento de Jesús
![[Img #4965]](upload/img/periodico/img_4965.jpg)
Un
año más llega la Navidad y, una vez más, desde el año 1983 los vecinos y
vecinas de Veneguera se reúnen para escenenificar el nacimiento de
Jesús, dentro de un marco natural e incomparable, “La Cardonera de
Veneguera”, lugar donde se recrean las diferentes tradiciones
folclóricas, artesanales y gastronómicas. La cita será el próximo 25 de diciembre a partir de las 17:30 horas.
Más de un centenar de personas se unen durante varias semanas para organizar un acto único en todo el archipiélago. Y es que, a lo largo del recorrido por el espacio natural, donde se recrea el nacimiento, los visitantes encuentran cada año el recibimiento de los panaderos que les ofrecen panes recién salidos de los hornos hechos a mano durante la tarde y noche, las campesinas que ofrecen tortillas de calabaza que fríen en el momento, los campesinos que ofrecen chocolate caliente, al fuego de la leña, piñas asadas, naranjas, castañas…
En la orilla del barranco, que cada año lleva agua, se encuentran las lavanderas; a los pies del portal, donde habitan María, José y el recién nacido Jesús, se encuentran la parranda de folclore celebrando la llegada del redentor, junto a las campesinas que planchan con las antiguas maquinas de planchar de carbón…
Cerca de las lavanderas se encuentra un grupo de campesinos que, cada año tienen por costumbre asar un cochino colocado sobre las brazas de leña en unos palos de madera.
Tejedores, trenzadores de penca, burros trillando el trigo, obreros levantando paredes de barro y piedras, esquiladores de ovejas y un sinfín de tareas de antaño que se trasladan a la actualidad, como demostración del día a día de nuestros antepasados.
Después de celebrar la eucaristía en la Iglesia de la Virgen de Fátima, en la que están presentes todos los campesinos, una burrita, a cargo de José, lleva a cuestas a María y al niño hasta el Portal de Belén, para dar comienzo a una tarde llena de felicidad.
Más de un centenar de personas se unen durante varias semanas para organizar un acto único en todo el archipiélago. Y es que, a lo largo del recorrido por el espacio natural, donde se recrea el nacimiento, los visitantes encuentran cada año el recibimiento de los panaderos que les ofrecen panes recién salidos de los hornos hechos a mano durante la tarde y noche, las campesinas que ofrecen tortillas de calabaza que fríen en el momento, los campesinos que ofrecen chocolate caliente, al fuego de la leña, piñas asadas, naranjas, castañas…
En la orilla del barranco, que cada año lleva agua, se encuentran las lavanderas; a los pies del portal, donde habitan María, José y el recién nacido Jesús, se encuentran la parranda de folclore celebrando la llegada del redentor, junto a las campesinas que planchan con las antiguas maquinas de planchar de carbón…
Cerca de las lavanderas se encuentra un grupo de campesinos que, cada año tienen por costumbre asar un cochino colocado sobre las brazas de leña en unos palos de madera.
Tejedores, trenzadores de penca, burros trillando el trigo, obreros levantando paredes de barro y piedras, esquiladores de ovejas y un sinfín de tareas de antaño que se trasladan a la actualidad, como demostración del día a día de nuestros antepasados.
Después de celebrar la eucaristía en la Iglesia de la Virgen de Fátima, en la que están presentes todos los campesinos, una burrita, a cargo de José, lleva a cuestas a María y al niño hasta el Portal de Belén, para dar comienzo a una tarde llena de felicidad.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.55