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CRISTOBAL D. PEÑATE

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La Gomera y la luna de Valencia

CRISTOBAL D. PEÑATE Ver comentarios 2 Miércoles, 09 de Noviembre de 2011 Tiempo de lectura:

El periodista de la noche no fue Manuel Campo Vidal sino Alfredo Pérez Rubalcaba, que se empeñó en interrogar a Mariano Rajoy sobre su programa electoral como un maestro de Ciencias Químicas a su alumno de Humanidades

El debate electoral ha servido para que los que pensaban votar PP digan que ganó Rajoy y los que iban a respaldar al PSOE afirmen que venció Rubalcaba. Para eso sirven estos debates tan planos que el moderador, por muy competente que sea, al final parece un figurante de una telenovela venezolana.

Dudo mucho que este cara a cara haya ayudado a los indecisos a decidirse de una vez por uno o por otro. Lo que sí es más probable es que la intervención de Rubalcaba y Rajoy haya valido a muchos para animarse a votar por otros partidos minoritarios o simplemente les haya dejado tan indiferentes que sigan empeñados en abstenerse.

El periodista de la noche no fue Manuel Campo Vidal sino Alfredo Pérez Rubalcaba, que se empeñó en interrogar a Mariano Rajoy sobre su programa electoral como un maestro de Ciencias Químicas a su alumno de Humanidades.

 En alguna ocasión le traicionó el subconsciente porque trató al candidato popular como si ya fuese presidente del Gobierno. Es verdad que todas las encuestas le dan vencedor por KO técnico pero tampoco es plan de creérselo mucho porque si es así casi es mejor que Elena Valenciano tire la toalla desde la esquina de Ferraz en el primer asalto. Más que nada por no hacer sufrir al pobre Alfredo más de la cuenta. Una cosa es perder y otra que te lleven urgentemente al hospital en ambulancia con la cara hinchada.

Rajoy también cometió errores. Fue de enterado, quizá creyéndose que tenía ya todo ganado, y metió la pata al decir que se había pateado los pueblos de Cádiz, provincia de la que es diputado Rubalcaba. A continuación, para dárselas de sabiondo, los nombró de carrerilla como hacía el Pachichi con las comarcas españolas, pero confundió municipios gaditanos con sevillanos.

El gallego quiso seguir con sus amplios aunque errados conocimientos de geografía, pero solo se le ocurrió poner los ejemplos de Pontevedra, de donde es y donde fue presidente de la diputación, y La Gomera, seguramente para recordarle a Rubalcaba el caso Curbelo y fastidiarlo de paso subliminalmente. Se le vio la mala leche.

 Es verdad que Canarias no aparece en el programa electoral del PP, a pesar de que el padre de su presidente y candidato vive en Mogán. Pero al menos nadie podrá decirle que no habló del archipiélago durante la campaña.

Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.

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