Viviendo en San Borondón
Alarmismo y desinformación técnica
JOSÉ F. FERNÁNDEZ BELDA
Martes, 01 de Noviembre de 2011 Tiempo de lectura:
En cualquier caso, la redacción sugiere un deficiente mantenimiento de la compañía de bajo coste, en realidad tal vez debiera decirse de coste bajo, que pudo poner en peligro de muerte a sus clientes y a su tripulación
Dos periódicos importantes en sus respetivos países, The Sun en Inglaterra y copiada después la noticia por El Mundo en España, publicaron un artículo con el titular “Regresa a los 20 minutos, Ryanair 'sella' con una cinta la ventanilla de un avión y ésta se suelta nada más volar”, acompañando una foto tomada por un pasajero.
La explicación que ofrece The Sun, periódico de reconocido amarillismo informativo, es que “un B737-800 de Ryanair, con casi 200 personas a bordo, tuvo que regresar el pasado 29 de septiembre al aeropuerto de Stansted porque se desprendió parte de la cinta adhesiva con la que la compañía de bajo coste había sellado una de las ventanillas frontales del avión, provocando un gran ruido dentro del aparato”. Y el mismo artículo cita la fuente, Anthony Neal, uno de los pasajeros que viajaba a Riga, Letonia: “tras unos 20 minutos de vuelo, el piloto habló por el altavoz y dijo que había un problema con la ventanilla -que había resultado dañado en un vuelo anterior- y que teníamos que volver a Stansted”.
De inmediato se produjeron dos reacciones, la técnicamente solvente en estos asuntos que es la Autoridad de la Aviación Irlandesa, país de bandera de la aerolínea, “la seguridad de los pasajeros no fue amenazada en ningún momento”, y la de un portavoz de la compañía que declinó hacer comentarios sobre “asuntos técnicos rutinarios” porque todos los vuelos de Ryanair cumplen con las medidas de seguridad establecidas. Entre otras razones porque la compañía irlandesa subcontrata el mantenimiento a talleres autorizados para ello y no los realiza con personal propio.
Sorprende a una persona medianamente informada en asuntos aeronáuticos, y alarma sobremanera a muchos pasajeros que sienten en mayor o menor grado canguelo a volar, miedo o temor según el DRAE, la redacción y forma de publicación de este incidente. Para saber con exactitud las causas reales por las que el avión volvió al aeropuerto londinense de Stansted, habrá que esperar unos días a que se publique el informe preliminar por parte de las autoridades con competencia sobre la aviación civil internacional. Para empezar con la desinformación, por puro desconocimiento o por menospreciar a Ryanair, el titular está muy mal redactado, o traducido, e induce a error sintáctico porque ¿qué es lo que se “suelta”, la ventanilla o la cinta? En cualquier caso, la redacción sugiere un deficiente mantenimiento de la compañía de bajo coste, en realidad tal vez debiera decirse de coste bajo, que pudo poner en peligro de muerte a sus clientes y a su tripulación.
Es altamente improbable que el avión regresara al aeropuerto por un desprendimiento de la cinta adhesiva, “provocando un gran ruido dentro del aparato”. En primer lugar la cinta no sella nada, en el sentido de presurizar o evitar que el cristal, no la ventanilla, saliera despedido. Mucho menos pudo ser la causa del ruido, que dice un pasajero escuchó dentro del aparato, si es verdad que tal ruido anormal existió y no fue producto de su imaginación o de su presunto miedo a volar. Resulta difícil imaginar que los pilotos quisieran despegar en un aparato con un riesgo tan singular como el que el pasajero imagina, pues supongo que esos profesionales no tienen un espíritu suicida y con ganas de asesinar a sus pasajeros. Unos aviadores, con tantas horas de vuelo como esos, han vivido o conocido ya situaciones similares a lo largo de su carrera y saben lo suficiente de estas cuestiones técnicas como para no inmovilizar el avión sin motivo real de peligro para sus vidas y las de sus pasajeros.
Unas precisiones técnicas. El cristal de la ventanilla va sujeto con al menos 60 tornillos y se monta de dentro hacia afuera sobre su bastidor, para que la presión interior ayude a evitar fugas al presionar el cristal contra la estructura de soporte. Para evitar entradas de agua desde el exterior, que pudieran generar con el tiempo corrosión en la estructura metálica o humedades en los instrumentos electrónicos montados bajo esos cristales, se sella con un producto denominado PR por los técnicos, de forma similar a cómo se colocaba antes masilla en los cristales de las ventanas de nuestras casas después de fijarlos con los junquillos. Dado que tarda en “curar” (secar completamente) unas 24 horas, según temperatura ambiente, y no tiene el menor sentido inmovilizar el aparato por este motivo, es por lo que dice el manual de mantenimiento, repito aprobado internacionalmente, que se puede cubrir con una cinta especial de aluminio Scotch 425 G00291, muy parecida a la llamada cinta americana pero homologada para uso aeronáutico. De esta forma el aparato puede salir a volar sin ningún tipo de problemas. Por eso las autoridades aeronáuticas irlandesas pudieron afirmar con rotundidad y conocimiento de causa que, por este motivo, “la seguridad de los pasajeros no fue amenazada en ningún momento”.
Y eso que se hizo en esta ocasión no es una mala práctica, es más, figura en el manual de mantenimiento de este avión, y de todos, aprobado por todas las autoridades de Aviación Civil del mundo. En el caso concreto de este avión, lo explica al referirse al cambio de algún windshield, o como lo llama BOEING en su AMM 56-11-11-400-801 WINDOW N.1. Esa cinta se usa con muchísima frecuencia para arreglar provisionalmente pequeños problemas en los carenados, (superficies embellecedoras o para disminuir la resistencia al aire y mejorar el consumo de combustible, no siendo en ningún caso elementos estructurales del avión y que afecten a la seguridad durante el vuelo), y siempre en los casos previstos por el fabricante, no a voluntad o interpretación libre de ningún mecánico de aviación.
Dicho de otro modo, esta práctica es común en todos los servicios de mantenimiento de todas las compañías aéreas del mundo. Cuando se cambia un cristal, fijándolo adecuadamente con sus tornillos o remaches como ordene el manual del fabricante, se debe sellar por el exterior para evitar entradas de humedad, no para evitar que el cristal salga despedido por la presurización. Por el contrario, la presión interior del avión, más alta que la exterior, empuja el cristal contra la estructura ayudando a evitar fugas de aire. La pasta de sellado, PR en términos aeronáuticos, no tiene más misión que evitar entradas de humedad, normalmente cuando el avión está en tierra.
Por último, cabe preguntarse por otro lado, si lo que realmente están haciendo los técnicos que el astuto pasajero fotografió no era eliminar esa cinta porque el PR ya se hubiera secado convenientemente y ya había cumplido su función, tal como recomienda ese punto específico del manual de mantenimiento del avión. Información toda, alarmismo ninguno.
[email protected]
La explicación que ofrece The Sun, periódico de reconocido amarillismo informativo, es que “un B737-800 de Ryanair, con casi 200 personas a bordo, tuvo que regresar el pasado 29 de septiembre al aeropuerto de Stansted porque se desprendió parte de la cinta adhesiva con la que la compañía de bajo coste había sellado una de las ventanillas frontales del avión, provocando un gran ruido dentro del aparato”. Y el mismo artículo cita la fuente, Anthony Neal, uno de los pasajeros que viajaba a Riga, Letonia: “tras unos 20 minutos de vuelo, el piloto habló por el altavoz y dijo que había un problema con la ventanilla -que había resultado dañado en un vuelo anterior- y que teníamos que volver a Stansted”.
De inmediato se produjeron dos reacciones, la técnicamente solvente en estos asuntos que es la Autoridad de la Aviación Irlandesa, país de bandera de la aerolínea, “la seguridad de los pasajeros no fue amenazada en ningún momento”, y la de un portavoz de la compañía que declinó hacer comentarios sobre “asuntos técnicos rutinarios” porque todos los vuelos de Ryanair cumplen con las medidas de seguridad establecidas. Entre otras razones porque la compañía irlandesa subcontrata el mantenimiento a talleres autorizados para ello y no los realiza con personal propio.
Sorprende a una persona medianamente informada en asuntos aeronáuticos, y alarma sobremanera a muchos pasajeros que sienten en mayor o menor grado canguelo a volar, miedo o temor según el DRAE, la redacción y forma de publicación de este incidente. Para saber con exactitud las causas reales por las que el avión volvió al aeropuerto londinense de Stansted, habrá que esperar unos días a que se publique el informe preliminar por parte de las autoridades con competencia sobre la aviación civil internacional. Para empezar con la desinformación, por puro desconocimiento o por menospreciar a Ryanair, el titular está muy mal redactado, o traducido, e induce a error sintáctico porque ¿qué es lo que se “suelta”, la ventanilla o la cinta? En cualquier caso, la redacción sugiere un deficiente mantenimiento de la compañía de bajo coste, en realidad tal vez debiera decirse de coste bajo, que pudo poner en peligro de muerte a sus clientes y a su tripulación.
Es altamente improbable que el avión regresara al aeropuerto por un desprendimiento de la cinta adhesiva, “provocando un gran ruido dentro del aparato”. En primer lugar la cinta no sella nada, en el sentido de presurizar o evitar que el cristal, no la ventanilla, saliera despedido. Mucho menos pudo ser la causa del ruido, que dice un pasajero escuchó dentro del aparato, si es verdad que tal ruido anormal existió y no fue producto de su imaginación o de su presunto miedo a volar. Resulta difícil imaginar que los pilotos quisieran despegar en un aparato con un riesgo tan singular como el que el pasajero imagina, pues supongo que esos profesionales no tienen un espíritu suicida y con ganas de asesinar a sus pasajeros. Unos aviadores, con tantas horas de vuelo como esos, han vivido o conocido ya situaciones similares a lo largo de su carrera y saben lo suficiente de estas cuestiones técnicas como para no inmovilizar el avión sin motivo real de peligro para sus vidas y las de sus pasajeros.
Unas precisiones técnicas. El cristal de la ventanilla va sujeto con al menos 60 tornillos y se monta de dentro hacia afuera sobre su bastidor, para que la presión interior ayude a evitar fugas al presionar el cristal contra la estructura de soporte. Para evitar entradas de agua desde el exterior, que pudieran generar con el tiempo corrosión en la estructura metálica o humedades en los instrumentos electrónicos montados bajo esos cristales, se sella con un producto denominado PR por los técnicos, de forma similar a cómo se colocaba antes masilla en los cristales de las ventanas de nuestras casas después de fijarlos con los junquillos. Dado que tarda en “curar” (secar completamente) unas 24 horas, según temperatura ambiente, y no tiene el menor sentido inmovilizar el aparato por este motivo, es por lo que dice el manual de mantenimiento, repito aprobado internacionalmente, que se puede cubrir con una cinta especial de aluminio Scotch 425 G00291, muy parecida a la llamada cinta americana pero homologada para uso aeronáutico. De esta forma el aparato puede salir a volar sin ningún tipo de problemas. Por eso las autoridades aeronáuticas irlandesas pudieron afirmar con rotundidad y conocimiento de causa que, por este motivo, “la seguridad de los pasajeros no fue amenazada en ningún momento”.
Y eso que se hizo en esta ocasión no es una mala práctica, es más, figura en el manual de mantenimiento de este avión, y de todos, aprobado por todas las autoridades de Aviación Civil del mundo. En el caso concreto de este avión, lo explica al referirse al cambio de algún windshield, o como lo llama BOEING en su AMM 56-11-11-400-801 WINDOW N.1. Esa cinta se usa con muchísima frecuencia para arreglar provisionalmente pequeños problemas en los carenados, (superficies embellecedoras o para disminuir la resistencia al aire y mejorar el consumo de combustible, no siendo en ningún caso elementos estructurales del avión y que afecten a la seguridad durante el vuelo), y siempre en los casos previstos por el fabricante, no a voluntad o interpretación libre de ningún mecánico de aviación.
Dicho de otro modo, esta práctica es común en todos los servicios de mantenimiento de todas las compañías aéreas del mundo. Cuando se cambia un cristal, fijándolo adecuadamente con sus tornillos o remaches como ordene el manual del fabricante, se debe sellar por el exterior para evitar entradas de humedad, no para evitar que el cristal salga despedido por la presurización. Por el contrario, la presión interior del avión, más alta que la exterior, empuja el cristal contra la estructura ayudando a evitar fugas de aire. La pasta de sellado, PR en términos aeronáuticos, no tiene más misión que evitar entradas de humedad, normalmente cuando el avión está en tierra.
Por último, cabe preguntarse por otro lado, si lo que realmente están haciendo los técnicos que el astuto pasajero fotografió no era eliminar esa cinta porque el PR ya se hubiera secado convenientemente y ya había cumplido su función, tal como recomienda ese punto específico del manual de mantenimiento del avión. Información toda, alarmismo ninguno.
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Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.







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