Viviendo en San Borondón
El ficticio Estado Palestino
JOSÉ F. FERNÁNDEZ BELDA
Viernes, 26 de Agosto de 2011 Tiempo de lectura:
Pero ¿en qué Estado Palestino están pensando? Steven J. Rosen (*) ha escrito un esclarecedor artículo explicando detalladamente la cuestión. La Asamblea General podría tener que elegir entre tres Estados Palestinos diferentes
La ONG “AVAAZ.org - El Mundo en Acción”, que se auto define como “la comunidad activista que acerca el poder y la voz de la gente a los centros políticos de decisión a nivel mundial”, ha lanzado una campaña global de recogida de firmas en apoyo de la solicitud ante la ONU de la Autoridad Nacional Palestina, ANP, para ser reconocidos como el país número 194 del mundo el próximo 20 de septiembre. “Un nuevo camino hacia la paz”, es su lema.
Por donde respira, qué persigue y quien subvenciona a esta ONG puede deducirse de la campaña que aún protagoniza para resolver un grave problema internacional que tiene en vilo al mundo mundial: “Corrupción en el banquillo: ¡Camps dimisión!”, problema puesto al mismo nivel en su página Web, www.avaaz.org, que otras movilizaciones contra el hambre en Somalia o Sudán, para salvar a los desaparecidos en Siria, salvar la selva amazónica o la de Imputados deLuxe, en cuyo encabezamiento inserta lo siguiente: “ÚLTIMAS NOTICIAS: El jueves 19 de mayo Avaaz desplegó su alfombra roja para entregar los premios "Imputado Deluxe" de la mano de los actores María Ruiz y Christophe Miraval. Francisco Camps Ortiz, Ricardo Costa, y José Joaquín Ripoll, los tres candidatos del PP, ganaron las medallas de oro, plata y bronce. Miguez Zerolo, de Coalición Canaria, y Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón (no se presenta a las elecciones del 22M), recibieron galardones honoríficos”. Creo que tras este despliegue de objetividad a la hora de dar importancia relativa a los asuntos que afectan a la humanidad, huelga conceder el menor crédito y apoyo a esta supuesta organización mantenida económicamente más que para la ayuda humanitaria, para otros fines bien distintos que ellos mismos confiesan abiertamente.
Según declaraciones de Riad al-Malki, ministro de Exteriores de la ANP a la Agencia Thomson Reuters, el presidente Mahmoud Abbas presentará su solicitud de adhesión a la ONU como Estado con soberanía sobre la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén en septiembre porque será cuando El Líbano ocupe la Presidencia del Consejo de Seguridad. “Esto nos ayudará, porque el papel de Presidente del Consejo es crucial”. Conviene recordar que para que un estado pueda convertirse en miembro de pleno derecho de la ONU es necesaria la aprobación del Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos entre otros, ya ha dicho que vetaría una resolución en ese sentido.
La mayoría de los países del mundo, incluido el gobierno español, probablemente reconocerán en septiembre este nuevo Estado. Pero ¿en qué Estado Palestino están pensando? Steven J. Rosen (*) ha escrito un esclarecedor artículo explicando detalladamente la cuestión. La Asamblea General podría tener que elegir entre tres Estados Palestinos diferentes: dos son reales y el tercero es totalmente ficticio, que además no cumple con las condiciones requeridas por la ley internacional establecida en la Convención de Montevideo de 1933, en la que se dice que “un Estado, como persona de derecho internacional posee las siguientes calificaciones: a) una población permanente; b) un territorio definido; c) gobierno y d) capacidad para relacionarse con los otros estados”.
En este caso la entidad palestina controlada por Hamás en Gaza, y la entidad rival también palestina gobernada por Al Fatah en la ribera occidental, probablemente cumplan cada una de ellas por separado con estos cuatro criterios para poder ser reconocidas como estado. El que las Naciones Unidas votarán, una especie de suma de ambas entidades, no cumple con los mismos. Y añade lúcidamente Steven J. Rosen en su artículo que “la entidad palestina que será reconocida por mayoría en la Asamblea General en Septiembre próximo, no existe realmente sobre la tierra. Es imaginaria, es una aspiración, pero no es real”.
Ese Estado Palestino ficticio tendría dos presidentes rivales con fines y políticas totalmente incompatibles entre sí y enfrentadas violentamente. Uno es Mahmoud Abbas, que se presenta a sí mismo como el Presidente de la entidad que reclama el reconocimiento de la ONU. El otro es Abdel Aziz Dweik, al que Hamás, el partido político mayoritario en el presunto estado, lo considera el presidente legal de Palestina, apoyado en sus propias leyes y no a Abbas. Hay también dos primeros ministros rivales, Salam Fayyad nombrado por Al Fatah, y por otro Ismail Haniyeh, líder de Hamás.
.
Si a todo ese batiburrillo se le añade una población fuera de control y una violación sistemática de sus propias leyes, razones fundamentales para que algunas naciones sensatas anuncien su veto (no sólo por amistad con Israel, como algunos irreflexivos simplifican el gigantesco problema), pensar que éste “es un nuevo camino hacia la paz” como parece creer nuestro pacifista gobierno de España, sólo a efectos de clientelismo político, y como lo pregona AVAAZ, pidiendo firmas de adhesión a no se sabe muy bien qué, puede conducir a un nuevo baño de sangre entre las varias facciones palestinas, sin necesidad de que nadie les ayude a matarse entre sí, ni siquiera
*Artículo de Steven J. Rosen:
El Estado imaginario de los Palestinos
Autor: Steven J. Rosen
Traducido por Fedora Resnik
La mayoría de los países del mundo se están preparando para reconocer un Estado Palestino en Septiembre. Pero, Palestina, ¿realmente califica?
Dentro de unas pocas semanas, una abrumadora mayoría en la Asamblea General de las Naciones Unidas votará por un reconocimiento colectivo de un Estado Palestino. Pero, ¿que “Estado Palestino”? De los tres estados Palestinos que la asamblea podría reconocer, dos son reales y se podría argumentar que cumplen con las condiciones necesarias para conformar un Estado. Pero es el tercero, totalmente imaginario, el que la asamblea irá a reconocer, uno que carece de un gobierno en funcionamiento, y que no cumple con las condiciones requeridas por la ley internacional.
Según los estándares legales actuales, la Convención de Montevideo sobre los deberes y derechos de los Estados, de 1933, un “Estado, como persona de derecho internacional posee las siguientes calificaciones: a) una población permanente; b) un territorio definido; c) gobierno y d) capacidad para relacionarse con los otros estados”. Tanto la entidad palestina controlada por el Hamás en Gaza, y la entidad rival palestina gobernada por el Fatah en la ribera occidental, podría decirse que cumplen con estos cuatro criterios de las leyes de los estados. El que las Naciones Unidas votarán, no cumple con los mismos.
Hamás controla una población permanente en un territorio definido (Gaza, dentro de las líneas de armisticio de 1949). Gaza tiene un gobierno funcionando -si bien odioso-, y conduce relaciones internacionales con un gran número de estados. Desde un estricto punto de vista legal, Gaza podría constituirse en un Estado, otra adición miserable a un mundo muy imperfecto.
Por supuesto, un Estado de Hamás en Gaza no es algo que la mayor parte del mundo desee ver. Un Estado de Hamás aliado a Irán sería un duro golpe a la paz y seguridad internacionales, y no merecería el reconocimiento de ninguna democracia. Seria un Estado emergido del golpe militar de Junio de 2007, un estado que se empeña en violaciones a gran escala de tratados de obligaciones y derechos humanos. Tampoco Hamás está buscando la declaración de Estado sólo para Gaza. Lo que Hamás quiere es, eventualmente, el total de la Palestina del Mandato, que comprende no sólo Gaza y la ribera occidental, sino también el actual estado de Israel. Gaza sola, es un premio demasiado pequeño para una ambición tan grande. Por lo tanto, este posible Estado no está en las tratativas.
La entidad palestina que gobierna la margen occidental también podría cumplir con los requisitos legales para formar un Estado, y tendría mayor apoyo internacional. Tiene un gobierno funcionando (la Autoridad Palestina), una población permanente, y relaciones internacionales con un gran número de estados. También controla un territorio definido, que comprende lo que son denominadas áreas A y B en el tratado Oslo II de septiembre de 1995, más un territorio adicional transferido por Israel en posteriores acuerdos. (Área A es la zona controlada en lo civil y en seguridad por la Autoridad Palestina, y Área B es la zona con control de la Autoridad Palestina en lo civil y con control conjunto palestino-israelí en el tema de seguridad). La entidad gobernada por Fatah en la ribera occidental dentro de estas líneas también podría ser reconocida como Estado bajo la ley internacional.
Pero Fatah, la AP, y el más amplio OLP no están buscando la declaración del Estado para esta entidad del margen occidental que podría cumplir con los requisitos legales. Su demanda mínima es un Estado que incluya Gaza junto a la ribera occidental, el este de Jerusalem, y todas las otras zonas que estuvieron bajo control jordano y egipcio antes de 1967. Fatah, la AP y la OLP están demandando la titularidad sobre tierras que no están bajo su control, sino de Hamás e Israel.
A diferencia de las otras dos entidades palestinas que existen actualmente, y que podrían ser reconocidas como estados porque parecen cumplir con los requisitos legales, la entidad palestina que será reconocida por mayoría en la Asamblea General en Septiembre próximo, no existe realmente sobre la tierra. Es imaginaria, es una aspiración, pero no es real. Y no cumple con los requerimientos legales.
Al igual que Israel antes de 1948…
Primeramente, tendría dos presidentes rivales que persiguen políticas incompatibles entre sí. Mahmoud Abbas se presenta a si mismo como el Presidente de la entidad que reclama el reconocimiento en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero ya no es considerado presidente por el Hamás, el partido político mayoritario en el presunto estado. Y Hamás tiene sus propias leyes palestinas en su lado de la disputa. Abbas fue elegido en 2005 para servir hasta Enero del 2009, o sea que su mandato ha expirado. En 2009, extendió unilateralmente su período por un año, hasta Enero de 2010 (extensión que también ha expirado), pero esa extensión no está de acuerdo con el artículo 65 de la constitución palestina, la Ley Básica.
Hamás, que controla la mayoría en el ahora difunto Consejo Legislativo Palestino, se opuso a la extensión. Según el artículo 65 de la Ley Básica, el presidente legal de Palestina desde Enero de 2009, es el portavoz del Consejo Legislativo, Abdel Aziz Dweik, un diputado representante de Hamás. El partido mayoritario palestino, Hamás, considera a Dweik, no a Abbas, como presidente legal de Palestina, apoyado en las leyes.
En segundo lugar, el Estado que la Asamblea General reconocerá, tendrá también dos primeros ministros rivales que siguen políticas incompatibles entre sí. Hamás no reconoce la autoridad de Abbas para nombrar a Salam Fayyad como primer ministro, porque Abbas no es legalmente el presidente de Palestina según el artículo 65 y porque Fayyad no ha sido designado como primer ministro por el Consejo Legislativo Palestino como requiere el artículo 66 de la Ley Básica. Ni su primer nombramiento, en Junio 15 de 2007, ni su nuevo nombramiento en Mayo 19 de 2009 fueron confirmados por el Consejo Legislativo Palestino como es requerido. Hamás, que controla la mayoría en el CLP, considera que el primer ministro legal de la Autoridad Palestina, continua siendo Ismail Haniyeh, líder de Hamás. Haniyeh fue nombrado por el CLP como primer ministro en Febrero de 2006. Abbas destituyó a Haniyeh el 14 de Junio de 2007, después del golpe militar en Gaza, pero Haniyeh considera que su decreto violó los artículos 45, 78 y 83, y que él continúa ejerciendo la autoridad de primer ministro bajo el artículo 83. El CLP también reconoce la autoridad de Haniyeh como primer ministro. También aquí, Hamás tiene la ley de su parte.
En tercer lugar, este Estado putativo de “Palestina” tendrá también una legislatura que jamás se reúne. Electa el 25 de Junio de 2006, por un término de 4 años, el CLP no ha aprobado leyes, elegido ministros o conducido reuniones desde 2007. En su lugar, Abbas dice, “es mi derecho como presidente legislar leyes y decretos. Estos decretos son legales, todo el tiempo en que el CLP no esté en condiciones de convocarse”.
Es común entre los observadores palestinos y sus patrocinadores en Occidente, atribuir la falta de acción del CLP al hecho de que Israel arrestó a 21 de sus miembros más radicales en junio de 2006, después del secuestro de Guilad Shalit, la mayoría de los cuales aun están detenidos. El centro Carter, por ejemplo, declara, “con la mayoría de sus representantes en prisiones israelíes, el CLP nunca logró el quórum requerido para reunirse, y de ahí que fuera incapaz de llevar a cabo sus funciones legislativas”. Pero el CLP tiene 132 miembros, de los cuales menos de 20 están detenidos en Israel, y el quórum requerido por el CLP es de uno más que la mitad de sus miembros -67- presentes. Por lo tanto, no es Israel quien está impidiendo la constitución del quórum.
En realidad, ninguna de las facciones enfrentadas en el gobierno de Palestina esta interesada en el funcionamiento del CLP, por diferentes razones. Hamás no desea sesiones para crear nuevas leyes o enmendar las existentes, dado que su mayoría se ha diluido, especialmente porque teme enmiendas desfavorables en la ley electoral. Y Fatah está muy conforme viendo a miembros de Hamás en la cárcel, porque tampoco ellos desean la reunión del CLP, que podría imponer la Ley Básica reemplazando a Abbas y Fayyad. El presidente del parlamento, Dweik, al que Hamás considera el presidente legal de Palestina, ha dicho de su propio arresto por Israel, “cualquier acción que impida nuestra actividad en el parlamento ha sido bienvenida por muchos, entre ellos, la Autoridad Palestina”.
Cuarto: esta Palestina que la Asamblea General reconocerá, carecerá también de la habilidad de realizar elecciones presidenciales o legislativas como requiere el artículo 47 de su Ley Básica – no por que Israel lo impedirá, sino, nuevamente, debido a la rivalidad entre los líderes palestinos, que hará imposible que esto ocurra. El mandato presidencial de Abbas definido constitucionalmente expiró en Enero de 2009, y los mandatos de los representantes del CLP caducaron el 25 de Enero de 2010, por lo que deberán realizarse nuevas elecciones. La ley electoral palestina de 2005, Ley No. 9, artículo 2, que Hamás reconoce, y la ley electoral de reemplazo decretada unilateralmente por Abbas, artículos 2 a 4, que Hamás considera una usurpación ilegal del poder, requiere elecciones, pero no hay elecciones a la vista. Ninguno de los rivales quiere elecciones que se realicen según las reglas electorales reconocidas como legales por la otra parte, y ninguno va a permitir al otro competir libremente en los territorios que controla, como requieren ambos reglamentos
Así están las cosas. La Asamblea general tomara una decisión remarcable sobre todo esto en las próximas semanas. En vez de reconocer cualquiera de las dos entidades que existen actualmente, cada una de las cuales presentan muchos de los atributos de estado requeridos por la ley internacional, la Asamblea General creará un Estado imaginario con dos presidentes incompatibles, dos primeros ministros rivales entre si, una constitución cuyas leyes más importantes son violadas por ambas partes, una legislatura que no funciona, incapacidad para sostener elecciones, una población mayormente fuera de su control, bordes que anexarían territorio bajo control de otros poderes, y ningún plan de solución para ninguno de estos conflictos. Será una resolución que sembrará las simientes para futuras guerras civiles e internacionales, no una que propicie la paz.
Por donde respira, qué persigue y quien subvenciona a esta ONG puede deducirse de la campaña que aún protagoniza para resolver un grave problema internacional que tiene en vilo al mundo mundial: “Corrupción en el banquillo: ¡Camps dimisión!”, problema puesto al mismo nivel en su página Web, www.avaaz.org, que otras movilizaciones contra el hambre en Somalia o Sudán, para salvar a los desaparecidos en Siria, salvar la selva amazónica o la de Imputados deLuxe, en cuyo encabezamiento inserta lo siguiente: “ÚLTIMAS NOTICIAS: El jueves 19 de mayo Avaaz desplegó su alfombra roja para entregar los premios "Imputado Deluxe" de la mano de los actores María Ruiz y Christophe Miraval. Francisco Camps Ortiz, Ricardo Costa, y José Joaquín Ripoll, los tres candidatos del PP, ganaron las medallas de oro, plata y bronce. Miguez Zerolo, de Coalición Canaria, y Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón (no se presenta a las elecciones del 22M), recibieron galardones honoríficos”. Creo que tras este despliegue de objetividad a la hora de dar importancia relativa a los asuntos que afectan a la humanidad, huelga conceder el menor crédito y apoyo a esta supuesta organización mantenida económicamente más que para la ayuda humanitaria, para otros fines bien distintos que ellos mismos confiesan abiertamente.
Según declaraciones de Riad al-Malki, ministro de Exteriores de la ANP a la Agencia Thomson Reuters, el presidente Mahmoud Abbas presentará su solicitud de adhesión a la ONU como Estado con soberanía sobre la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén en septiembre porque será cuando El Líbano ocupe la Presidencia del Consejo de Seguridad. “Esto nos ayudará, porque el papel de Presidente del Consejo es crucial”. Conviene recordar que para que un estado pueda convertirse en miembro de pleno derecho de la ONU es necesaria la aprobación del Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos entre otros, ya ha dicho que vetaría una resolución en ese sentido.
La mayoría de los países del mundo, incluido el gobierno español, probablemente reconocerán en septiembre este nuevo Estado. Pero ¿en qué Estado Palestino están pensando? Steven J. Rosen (*) ha escrito un esclarecedor artículo explicando detalladamente la cuestión. La Asamblea General podría tener que elegir entre tres Estados Palestinos diferentes: dos son reales y el tercero es totalmente ficticio, que además no cumple con las condiciones requeridas por la ley internacional establecida en la Convención de Montevideo de 1933, en la que se dice que “un Estado, como persona de derecho internacional posee las siguientes calificaciones: a) una población permanente; b) un territorio definido; c) gobierno y d) capacidad para relacionarse con los otros estados”.
En este caso la entidad palestina controlada por Hamás en Gaza, y la entidad rival también palestina gobernada por Al Fatah en la ribera occidental, probablemente cumplan cada una de ellas por separado con estos cuatro criterios para poder ser reconocidas como estado. El que las Naciones Unidas votarán, una especie de suma de ambas entidades, no cumple con los mismos. Y añade lúcidamente Steven J. Rosen en su artículo que “la entidad palestina que será reconocida por mayoría en la Asamblea General en Septiembre próximo, no existe realmente sobre la tierra. Es imaginaria, es una aspiración, pero no es real”.
Ese Estado Palestino ficticio tendría dos presidentes rivales con fines y políticas totalmente incompatibles entre sí y enfrentadas violentamente. Uno es Mahmoud Abbas, que se presenta a sí mismo como el Presidente de la entidad que reclama el reconocimiento de la ONU. El otro es Abdel Aziz Dweik, al que Hamás, el partido político mayoritario en el presunto estado, lo considera el presidente legal de Palestina, apoyado en sus propias leyes y no a Abbas. Hay también dos primeros ministros rivales, Salam Fayyad nombrado por Al Fatah, y por otro Ismail Haniyeh, líder de Hamás.
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Si a todo ese batiburrillo se le añade una población fuera de control y una violación sistemática de sus propias leyes, razones fundamentales para que algunas naciones sensatas anuncien su veto (no sólo por amistad con Israel, como algunos irreflexivos simplifican el gigantesco problema), pensar que éste “es un nuevo camino hacia la paz” como parece creer nuestro pacifista gobierno de España, sólo a efectos de clientelismo político, y como lo pregona AVAAZ, pidiendo firmas de adhesión a no se sabe muy bien qué, puede conducir a un nuevo baño de sangre entre las varias facciones palestinas, sin necesidad de que nadie les ayude a matarse entre sí, ni siquiera
*Artículo de Steven J. Rosen:
El Estado imaginario de los Palestinos
Autor: Steven J. Rosen
Traducido por Fedora Resnik
La mayoría de los países del mundo se están preparando para reconocer un Estado Palestino en Septiembre. Pero, Palestina, ¿realmente califica?
Dentro de unas pocas semanas, una abrumadora mayoría en la Asamblea General de las Naciones Unidas votará por un reconocimiento colectivo de un Estado Palestino. Pero, ¿que “Estado Palestino”? De los tres estados Palestinos que la asamblea podría reconocer, dos son reales y se podría argumentar que cumplen con las condiciones necesarias para conformar un Estado. Pero es el tercero, totalmente imaginario, el que la asamblea irá a reconocer, uno que carece de un gobierno en funcionamiento, y que no cumple con las condiciones requeridas por la ley internacional.
Según los estándares legales actuales, la Convención de Montevideo sobre los deberes y derechos de los Estados, de 1933, un “Estado, como persona de derecho internacional posee las siguientes calificaciones: a) una población permanente; b) un territorio definido; c) gobierno y d) capacidad para relacionarse con los otros estados”. Tanto la entidad palestina controlada por el Hamás en Gaza, y la entidad rival palestina gobernada por el Fatah en la ribera occidental, podría decirse que cumplen con estos cuatro criterios de las leyes de los estados. El que las Naciones Unidas votarán, no cumple con los mismos.
Hamás controla una población permanente en un territorio definido (Gaza, dentro de las líneas de armisticio de 1949). Gaza tiene un gobierno funcionando -si bien odioso-, y conduce relaciones internacionales con un gran número de estados. Desde un estricto punto de vista legal, Gaza podría constituirse en un Estado, otra adición miserable a un mundo muy imperfecto.
Por supuesto, un Estado de Hamás en Gaza no es algo que la mayor parte del mundo desee ver. Un Estado de Hamás aliado a Irán sería un duro golpe a la paz y seguridad internacionales, y no merecería el reconocimiento de ninguna democracia. Seria un Estado emergido del golpe militar de Junio de 2007, un estado que se empeña en violaciones a gran escala de tratados de obligaciones y derechos humanos. Tampoco Hamás está buscando la declaración de Estado sólo para Gaza. Lo que Hamás quiere es, eventualmente, el total de la Palestina del Mandato, que comprende no sólo Gaza y la ribera occidental, sino también el actual estado de Israel. Gaza sola, es un premio demasiado pequeño para una ambición tan grande. Por lo tanto, este posible Estado no está en las tratativas.
La entidad palestina que gobierna la margen occidental también podría cumplir con los requisitos legales para formar un Estado, y tendría mayor apoyo internacional. Tiene un gobierno funcionando (la Autoridad Palestina), una población permanente, y relaciones internacionales con un gran número de estados. También controla un territorio definido, que comprende lo que son denominadas áreas A y B en el tratado Oslo II de septiembre de 1995, más un territorio adicional transferido por Israel en posteriores acuerdos. (Área A es la zona controlada en lo civil y en seguridad por la Autoridad Palestina, y Área B es la zona con control de la Autoridad Palestina en lo civil y con control conjunto palestino-israelí en el tema de seguridad). La entidad gobernada por Fatah en la ribera occidental dentro de estas líneas también podría ser reconocida como Estado bajo la ley internacional.
Pero Fatah, la AP, y el más amplio OLP no están buscando la declaración del Estado para esta entidad del margen occidental que podría cumplir con los requisitos legales. Su demanda mínima es un Estado que incluya Gaza junto a la ribera occidental, el este de Jerusalem, y todas las otras zonas que estuvieron bajo control jordano y egipcio antes de 1967. Fatah, la AP y la OLP están demandando la titularidad sobre tierras que no están bajo su control, sino de Hamás e Israel.
A diferencia de las otras dos entidades palestinas que existen actualmente, y que podrían ser reconocidas como estados porque parecen cumplir con los requisitos legales, la entidad palestina que será reconocida por mayoría en la Asamblea General en Septiembre próximo, no existe realmente sobre la tierra. Es imaginaria, es una aspiración, pero no es real. Y no cumple con los requerimientos legales.
Al igual que Israel antes de 1948…
Primeramente, tendría dos presidentes rivales que persiguen políticas incompatibles entre sí. Mahmoud Abbas se presenta a si mismo como el Presidente de la entidad que reclama el reconocimiento en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero ya no es considerado presidente por el Hamás, el partido político mayoritario en el presunto estado. Y Hamás tiene sus propias leyes palestinas en su lado de la disputa. Abbas fue elegido en 2005 para servir hasta Enero del 2009, o sea que su mandato ha expirado. En 2009, extendió unilateralmente su período por un año, hasta Enero de 2010 (extensión que también ha expirado), pero esa extensión no está de acuerdo con el artículo 65 de la constitución palestina, la Ley Básica.
Hamás, que controla la mayoría en el ahora difunto Consejo Legislativo Palestino, se opuso a la extensión. Según el artículo 65 de la Ley Básica, el presidente legal de Palestina desde Enero de 2009, es el portavoz del Consejo Legislativo, Abdel Aziz Dweik, un diputado representante de Hamás. El partido mayoritario palestino, Hamás, considera a Dweik, no a Abbas, como presidente legal de Palestina, apoyado en las leyes.
En segundo lugar, el Estado que la Asamblea General reconocerá, tendrá también dos primeros ministros rivales que siguen políticas incompatibles entre sí. Hamás no reconoce la autoridad de Abbas para nombrar a Salam Fayyad como primer ministro, porque Abbas no es legalmente el presidente de Palestina según el artículo 65 y porque Fayyad no ha sido designado como primer ministro por el Consejo Legislativo Palestino como requiere el artículo 66 de la Ley Básica. Ni su primer nombramiento, en Junio 15 de 2007, ni su nuevo nombramiento en Mayo 19 de 2009 fueron confirmados por el Consejo Legislativo Palestino como es requerido. Hamás, que controla la mayoría en el CLP, considera que el primer ministro legal de la Autoridad Palestina, continua siendo Ismail Haniyeh, líder de Hamás. Haniyeh fue nombrado por el CLP como primer ministro en Febrero de 2006. Abbas destituyó a Haniyeh el 14 de Junio de 2007, después del golpe militar en Gaza, pero Haniyeh considera que su decreto violó los artículos 45, 78 y 83, y que él continúa ejerciendo la autoridad de primer ministro bajo el artículo 83. El CLP también reconoce la autoridad de Haniyeh como primer ministro. También aquí, Hamás tiene la ley de su parte.
En tercer lugar, este Estado putativo de “Palestina” tendrá también una legislatura que jamás se reúne. Electa el 25 de Junio de 2006, por un término de 4 años, el CLP no ha aprobado leyes, elegido ministros o conducido reuniones desde 2007. En su lugar, Abbas dice, “es mi derecho como presidente legislar leyes y decretos. Estos decretos son legales, todo el tiempo en que el CLP no esté en condiciones de convocarse”.
Es común entre los observadores palestinos y sus patrocinadores en Occidente, atribuir la falta de acción del CLP al hecho de que Israel arrestó a 21 de sus miembros más radicales en junio de 2006, después del secuestro de Guilad Shalit, la mayoría de los cuales aun están detenidos. El centro Carter, por ejemplo, declara, “con la mayoría de sus representantes en prisiones israelíes, el CLP nunca logró el quórum requerido para reunirse, y de ahí que fuera incapaz de llevar a cabo sus funciones legislativas”. Pero el CLP tiene 132 miembros, de los cuales menos de 20 están detenidos en Israel, y el quórum requerido por el CLP es de uno más que la mitad de sus miembros -67- presentes. Por lo tanto, no es Israel quien está impidiendo la constitución del quórum.
En realidad, ninguna de las facciones enfrentadas en el gobierno de Palestina esta interesada en el funcionamiento del CLP, por diferentes razones. Hamás no desea sesiones para crear nuevas leyes o enmendar las existentes, dado que su mayoría se ha diluido, especialmente porque teme enmiendas desfavorables en la ley electoral. Y Fatah está muy conforme viendo a miembros de Hamás en la cárcel, porque tampoco ellos desean la reunión del CLP, que podría imponer la Ley Básica reemplazando a Abbas y Fayyad. El presidente del parlamento, Dweik, al que Hamás considera el presidente legal de Palestina, ha dicho de su propio arresto por Israel, “cualquier acción que impida nuestra actividad en el parlamento ha sido bienvenida por muchos, entre ellos, la Autoridad Palestina”.
Cuarto: esta Palestina que la Asamblea General reconocerá, carecerá también de la habilidad de realizar elecciones presidenciales o legislativas como requiere el artículo 47 de su Ley Básica – no por que Israel lo impedirá, sino, nuevamente, debido a la rivalidad entre los líderes palestinos, que hará imposible que esto ocurra. El mandato presidencial de Abbas definido constitucionalmente expiró en Enero de 2009, y los mandatos de los representantes del CLP caducaron el 25 de Enero de 2010, por lo que deberán realizarse nuevas elecciones. La ley electoral palestina de 2005, Ley No. 9, artículo 2, que Hamás reconoce, y la ley electoral de reemplazo decretada unilateralmente por Abbas, artículos 2 a 4, que Hamás considera una usurpación ilegal del poder, requiere elecciones, pero no hay elecciones a la vista. Ninguno de los rivales quiere elecciones que se realicen según las reglas electorales reconocidas como legales por la otra parte, y ninguno va a permitir al otro competir libremente en los territorios que controla, como requieren ambos reglamentos
Así están las cosas. La Asamblea general tomara una decisión remarcable sobre todo esto en las próximas semanas. En vez de reconocer cualquiera de las dos entidades que existen actualmente, cada una de las cuales presentan muchos de los atributos de estado requeridos por la ley internacional, la Asamblea General creará un Estado imaginario con dos presidentes incompatibles, dos primeros ministros rivales entre si, una constitución cuyas leyes más importantes son violadas por ambas partes, una legislatura que no funciona, incapacidad para sostener elecciones, una población mayormente fuera de su control, bordes que anexarían territorio bajo control de otros poderes, y ningún plan de solución para ninguno de estos conflictos. Será una resolución que sembrará las simientes para futuras guerras civiles e internacionales, no una que propicie la paz.
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.







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