RTL cuestiona la seguridad de los bañistas en la Playa del Inglés (y 2)
En la primera parte del artículo se había resumido el contenido del programa “Wir retten Ihren Urlaub!” (“Nosotros salvamos sus vacaciones”) del canal alemán RTL, emitido el pasado miércoles, 10 de agosto, y en el que se ponía a prueba la seguridad para los bañistas en la Playa del Inglés.
Del reportaje podríamos extraer al menos dos aspectos para la reflexión y el debate:
(1)
¿Hasta dónde puede llegar la prensa sensacionalista?: Nótese que estamos
ante un simulacro de una situación de máxima emergencia. Sin embargo, el
simulacro no es oficial; todos los actores, menos la víctima, asumen que es
real, es decir, que un programa de TV para llenar una emisión con contenido que
tenga “gancho” pone en alerta un mecanismo creado para emergencias,
posiblemente siquiera sin pensar en posibles efectos colaterales (¿qué pasa si
la ambulancia con las prisas atropella a alguien? ¿y si casualmente en el mismo
momento se produce una emergencia real en otro lugar de la playa y no están ahí
todos los que tienen que estar?,..). El poner en alerta un servicio de
emergencia sólo para hacer una prueba no le corresponde en ningún caso a un
privado. Este tipo de grabación podría hallarse fuera del marco legal. Otra
cuestión debatible es el uso de afirmaciones parcialmente inciertas, como la
aparente infracción de la normativa de seguridad (“cada 100 metros debe haber
una torre de vigilancia”) o el uso de estadísticas adaptadas al titular
catastrófico que necesita el reportaje: “casi cada semana muere una persona por
ahogamiento en las playas de Gran Canaria” (en abril puede acercarse a la realidad,
14 fallecidos en 17 semanas en lo que iba de año, pero no en agosto, en el
momento de la emisión).
(2)
¿Es segura para el bañista la
Playa del Inglés?: A pesar del marcado sensacionalismo de
la emisión, esto no quita que (por lo visto) la “víctima-cebo” haya flotado en
el agua más de 4 minutos sin ser vista por ningún socorrista. Quizás sea
conveniente extraer la crítica constructiva de la emisión y someternos a una
autocrítica: ¿Los puestos de vigilancia y el correspondiente personal de
salvamento son suficientes para los problemas que se pudieran ocasionar en la
principal playa de la isla? Lo cierto es que sólo hay dos puestos de vigilancia
en el tramo Playa del Inglés hasta la
Punta de Maspalomas y, efectivamente, hay aprox. un kilómetro
de distancia entre ambos. ¿Puede cubrir un vigilante un ángulo de 500 metros por cada
lado? (en el caso de los dos extremos mucho más, pues ya no hay más puestos al
inicio de la playa o en la punta). Posiblemente sea conveniente replantear el
número de socorristas, sea a través de un ratio de torre de vigilancia por
distancia de playa (p.ej. al menos una torre para cada 500 metros, con una área
de cobertura de 250
metros a cada lado) o bien con una vigilancia adicional
a pie de playa en las zonas más peligrosas o concurridas.
En el 2011 hemos podido ver en el efecto norte de África como la seguridad es un tema vital para el turista. El que en la cuestión de seguridad en la playa no se esté incumpliendo la normativa no quiere decir que la importancia del asunto exija que se superen las estándares marcados por la normativa, especialmente si tenemos en cuenta que el turismo de sol&playa es y será el principal atractivo y motor económico de Gran Canaria. Hay otra cuestión muy actual que guarda cierto paralelismo con esta: la discusión de la iluminación de los túneles en la vía Puerto Rico-Mogán. Si bien la normativa no exige iluminar los túneles de menos de 300 metros de longitud, debería ponerse iluminación a todos ellos por el creciente número de accidentes mortales de cicloturistas en los túneles (por no ponerse el ciclista la prenda reflectante, por no quitarse el conductor las gafas de sol,..). Es la misma cuestión de fondo: ¿supero los estándares de la normativa o simplemente cumplo con los mínimos de la normativa?
Por otro lado, el reportaje de RTL no debe
hacernos olvidar la ventaja que ya tiene de por sí una playa vigilada y que la
responsabilidad de un socorrista tiene unos límites. En este contexto se cita un
comentario al respecto de un socorrista peninsular que expone lo siguiente: “Un servicio de vigilancia en la playa es una
sensación plenísima de seguridad. ¿Por qué? Porque no hay que llamar al 112 y
esperar 10 minutos a que llegue el equipo de reanimación, sino que ya están ahí,
con medios, personal, zodiac y ambulancia. Eso es un puntazo a favor del
bañista. El héroe de los vigilantes de la playa con sus prismáticos no existe.
Es más, el que intenta serlo suele decir muchísimo la siguiente frase: "Perdón
señora, es que desde ahí pensé que usted se estaba ahogando". Es muy
difícil tener controlado a muchas personas que se bañan y se sumergen a bucear
casi al mismo tiempo. ¿Cuanto tiempo lleva debajo del agua el chico del bañador
rojo allí en la parte inferior derecha junto al grupo de chicas? Los
socorristas son los medios del preventivo y los verdaderos ojos que velan por la
seguridad de los demás son los bañistas” (http://www.e-mergencia.com/foro/).
Efectivamente, en muchos casos el primero que llega a la víctima es otro
bañista, por la proximidad del mismo. El bañista puede sacar al otro del mar,
pero normalmente no tiene formación profesional de primeros auxilios, por lo que
el siguiente paso es avisar al vigilante. Y aquí estamos ante otro problema: las
torres de vigilancia de Playa del Inglés no sólo son escasas, sino también relativamente
bajas (el vigilante se sienta a unos 2,50m de altura). Son difíciles de ver por
los usuarios de la playa, para el caso de que una persona quiera alertar a los
servicios de emergencia. Las torres deberían ser más altas o disponer de una
bandera de la Cruz Roja
bien visible a distancia.
En conclusión, a pesar del marcado
sensacionalismo del reportaje de RTL, sí podemos extraer algo constructivo del
mismo. En este artículo se han señalado dos de las posibles mejoras a efectuar:
la ampliación de puestos de vigilancia con un ratio de p.ej. un puesto por 500 metros (o con más socorristas
a pie de playa) y una mayor altura de las torres de vigilancia (o una bandera
de señalización visible). No debemos olvidar nunca que la tipología turística
principal de la isla es y será el sol & playa y no debe ser descuidado
ningún elemento de la misma, especialmente en aspectos de seguridad.
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.








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