Así podríamos definir sin error a equivocarnos, cuanto hace diariamente la alemana, Hildegrund Willwacher, dándole de comer, aseando y cuidando a unos veinte gatos que carecen de propietarios conocidos y por consiguiente se encuentran en el abandono más contumaz. Es sabido de todos que la mayoría de los extranjeros que nos visitan son bastante proclives a practicar esta forma tan excelsa de tratar a todo tipo de animales, algo que les dignifica y los hace merecedores de los mayores elogios, algo que al parecer no se está dando en la persona de la señora Willwacher, que es acosada, maltratada, vejada y vilipendiada por parte de unos camareros "marroquíes" del Centro Comercial Anexo II.
Algunos miembros de la Policía Local se mofan de ella y alegando que cumplen con una "Ley que no existe", la echan de las dunas cuando ella está ejerciendo este acto tan loable, que evita que estos animales merodeen por los contenedores en busca de comida, e incluso se acerquen a las puertas de los restaurantes a pedir comida con sonoros maullidos que pueden molestar a los comensales. No nos extraña que esto ocurra en Playa del Inglés, donde la falta de civismo es un mal endémico que reviste a mucha gente se hace evidente en muchas ocasiones, lo extraño es que entre los que le hacen imposible la vida a la señora Willwacher sean miembros del orden público, que se supone deberían ser respetuosos en todo momento máxime a la hora de tratar a los ciudadanos que residen y se comportan honorablemente. La citada señora con lagrimas en los ojos y bastante afectada así me lo manifiesta, y me entrega una serie de documentos que lo acreditan.
Haciendo un poco de historia de esta forma admirable de tratar a los animales desamparados, lo que le cuesta mensualmente 3.200 euros o lo que es lo mismo, 38.400 euros anuales, casi 6.400.000 de las antiguas pesetas, se remonta al año 2001, donde de una manera altruista inicio esta singladura sin contar con ningún tipo de subvención. Dice que algunos compatriotas le suelen dar algún dinero que solo cubre una parte de estos gastos desorbitados que ella realiza. Es notorio resaltar también que esta ejemplar señora tiene a todos los gatos castrados, para evitar su reproducción, que los lleva periódicamente al veterinario a revisión y para que les ponga las vacunas preceptivas, y todos elementos precisos para que gocen de una buena salud y no se conviertan en un problema para la sociedad. Entre la documentación entregada hay un escrito, firmado por la señora Renate Bergander y otras, al parecer miembros de una asociación llamada, "Ayuda a los animales del sur", donde exigen que se cumpla la Ley de Protección a los Animales, algo que en este caso no se está dando, donde destaco un párrafo que es bastante elocuente contenido; "Por eso exigimos, que la señora Willwacher pueda alimentar a estos gatos sin miedo a ser humillada, amenazada o tener que soportar las burlas y mofas de policías rabiosos, camareros marroquíes. En caso de que no se pusiera punto final a esta situación, nos veríamos obligados a dirigir nuestra queja a la Comisión Europea para cuestiones de salud (señora Androula Vassiliou) en Bruselas así como también a empresas y oficinas de viajes de Alemania". Dicen que los turistas alemanes han boicoteado a Turquia, precisamente por este motivo, cuyo trato a los gatos y perros callejeros es lamentable y atroz.
Ya de mi peculio particular me gustaría contar algo que ocurre en el Cenobio de Valerón o Cuevas Canarias como se conoce a este vestigio prehistórico, que según muchos historiadores el más importante de Canarias, ubicado en el municipio de Guía de Gran Canaria, lo que demuestra el enorme cariño que los turistas sienten por los animales, Gonzalo, su guardián, todos los días el cuando el Sol más calienta, hace sonar una campanita y en cuestión de segundos aparecen de todos lados cientos de lagartos de todas las dimensiones, los cuales viene a comer el plato que Gonzalo les tiene preparado que suele ser siempre a base de tomates, algo que a estos saurios les encanta degustar, a este acto aparentemente intranscendental, los asistentes al mismo ya le llaman el "show de los lagartos". Este acto suele ser presenciado por una gran cantidad de turistas que conocedores de este acto se dan cita en el citado lugar, lo que acredita su fraternal amor a los animales en general.
Y para finalizar esta denuncia decirle a nuestras autoridades que se impliquen en ayudar a esta señora en su altruista labor, que en nada perjudica sino todo lo contrario, dada la limpieza e higiene que se observa en la misma y si es preciso le den una subvención a la señora Willwacher, que indiscutiblemente se la merece, y si por lo que sea no se les apetece así hacerlo, velen al menos con los medios de que disponen para que no sea mortificada y humillada cuando realiza esta encomiable labor.








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